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           Si farcias del carordias, no remueldas las leporcias (J. Perich)

miércoles, noviembre 08, 2006

Un linchamiento legal

"No sólo se debe hacer justicia sino que manifiesta e indudablemente se ha de ver que se hace justicia"
Juez Gordon Hewart
Reino Unido, 1930


¿Puede haber prueba más evidente, si faltaba alguna, del fracaso de la invasión de Irak que el enfrentamiento provocado tanto en Irak como en el resto del mundo por una sentencia condenatoria de Sadam Husein como autor de crímenes contra la humanidad que debía concitar unanimidad?, ¿cabe alguna duda sobre la farsa judicial montada después de que el presidente Bush ni siquiera haya disimulado al agarrarse con toda su fuerza a una sentencia-salvavidas dictada por un tribunal que Estados Unidos ha creado y financiado ante las elecciones legislativas de hoy martes?

La mayoría de las organizaciones de derechos humanos y observadores internacionales han cuestionado la imparcialidad del tribunal especial iraquí establecido mediante edicto en 2003 por Paul Bremer, el entonces procónsul de Estados Unidos en Irak, una medida que la Convención de Ginebra prohíbe expresamente a una fuerza de ocupación. No han sido pocas las ocasiones en las cuales el juicio se desarrolló sin la presencia de los acusados y sus abogados. En enero pasado, el presidente del tribunal fue presionado por EE UU y el gobierno títere iraquí le acusó de pasividad frente a la conducta de Sadam Husein durante las sesiones. Tres abogados de los acusados fueron asesinados y otros tuvieron que abandonar el país.

Con todo lo importante que es siempre la percepción pública de que se hace justicia, según el célebre aforismo que se atribuye al juez británico Gordon Hewart, el juicio contra Sadam y sus colaboradores concluyó el pasado domingo, a cuarenta y ocho horas de las elecciones legislativas norteamericanas, como había comenzado: como una farsa. Si la metida de pata de John Kerry fue la sorpresa de octubre tradicional en la sucia política electoral norteamericana, ello no parecía suficiente: el veredicto contra Sadam ha sido la sorpresa de noviembre.

La selección de la causa ya lo decía todo. La matanza de 148 ciudadanos iraquíes chiitas tuvo lugar en 1982 en la ciudad de Dujail, tras un fallido atentado contra Sadam, según la propia versión del ex dictador ante el tribunal, mientras Irak estaba en guerra contra Irán, después de invadir este país con apoyo de EE UU en 1980. Washington veía ya entonces al régimen chiita que capitalizó la revolución contra el Sha de Irán como el representante del eje del mal. Ya en 1983, unos meses después de las ejecuciones de Dujail, Donald Rumsfeld fue enviado por el presidente Ronald Reagan a Bagdad. El otrora enviado y actual secretario de Defensa, mantuvo, según escribió, una franca conversación con el dictador. De regreso a Washington, comenzó la normalización de las relaciones diplomáticas de EE UU con Sadam.

La guerra Irak-Irán provocó 1 millón de muertos en ambos bandos. En 1988, mientras seguía la guerra, Sadam ordenó la llamada campaña de Anfal para aniquilar la rebelión kurda en la ciudad iraquí de Halabja, en el norte de Irak, apoyada por Irán. Unas 5.000 iraquíes murieron por un ataque de la aviación de Sadam con armas químicas; otros 7.000 sufrieron heridas. La Administración de Reagan se negó a condenar a Irak en las Naciones Unidas alegando falta de pruebas.

El proceso sobre la masacre de Halabja es otra de las causas que se instruyen en Bagdad. Pero el objetivo de EE UU es terminar con Sadam cuanto antes. ¿Acaso los otros sumarios pendientes suponen el riesgo de aflorar las relaciones entre Washington y Sadam en una época en que éste era una pieza de los norteamericanos en Oriente Próximo?

"Las pruebas de la participación directa de Sadam en el crimen de Dujail son consistentes. Pero hay otro problema: la credibilidad y las garantías del proceso. En Irak y en Oriente Próximo saben que Sadam es un asesino, pero no creen que el juicio haya brillado por sus garantías. Es comprensible. Si El Congreso norteamericano ha contribuido con 130 millones de dólares a la creación del tribunal y sus trabajos, si el personal que ha formado a jueces y fiscales es norteamericano, si el caso se ha preparado por abogados norteamericanos... Si es que nuestra presencia es aplastante y excepto en la retransmisión por televisión estamos detrás de todo", señaló a este periódico el abogado Scott Horton, presidente de la comisión de derecho internacional de la Asociación Americana de Abogados. "Y, finalmente, la fecha de la sentencia no es un detalle menor. ¡Hay que ver cómo los medios de comunicación no hablan de otra cosa a horas de las elecciones legislativas!", añadió.

Como dice el escritor y columnista Frank Rich, Bush y sus colaboradores son especialistas en bordar una falsa realidad. La última falsa realidad creada ha sido, obvio es, la del veredicto de Sadam, que se ha convertido en el tema de los temas de las horas finales de la campaña electoral.

El fiscal norteamericano Robert Jackson, que acusó a los nazis en Nuremberg, abrió uno de los juicios con esta frase: "No debemos olvidar nunca que la vara con la juzgamos a estos acusados hoy es la vara con la cual la historia nos juzgara mañana". El linchamiento legal ha sido la vara del tribunal de Bagdad.

Ernesto Ekaizer - El País
7 de Noviembre de 2006