El Gilipollas de la semana

Casi a las cinco de la madrugada del Domingo, de vuelta al hostal de Ourense dónde nos alojamos recibo un mensaje en el móvil, enviado por un amigo que sabe la admiración que sentía por la inteligencia, compromiso y bonhomía de este personaje: "Ha muerto el gran Labordeta. DEP." Tras una noche empapando penas en un emotivo concierto de Los Suaves, ésto me despertó del sueño...

El Lunes, ya tranquilamente en casa, comienzo a leer las diferentes necrológicas escritas en los periódicos... Y me tengo que ir a topar con una que consigue cabrearme de verdad y que haga que retome de nuevo este casi abandonado y apático blog hasta el punto de crear una sección, que le roba descaradamente el nombre a la revista 'El Jueves', para premiar a esos indeseables personajes que pueblan nuestro parlamento, nuestros tribunales, los periódicos y las pantallas...

El Gilipollas de la semana
Primer premio: Salvador Sostres por el artículo 'España después de Labordeta'.
Si hubieras hecho alguna vez en tu puta vida un esfuerzo neuronal de nivel medio-bajo, por ejemplo para intentar acabar la dificil carrera de periodismo (algo que si consiguió la inefable Maria Patiño), y dentro de tu cráneo hubiese habido algún tipo de actividad y riego, igual hubieras conseguido no quedarte calvo tan joven, Gilipollas. Y tu, gilipollas, ¿hablas de 'decencia intelectual'? El que escribe semejantes sandeces, en el periódico de Pedro J... ¿o te refieres a tus colaboraciones en crónicas marcianas? Leyendo alguna de tus columnas o viendo algunas de tus intervenciones en la televisión se ve claramente lo que es para ti la 'decencia intelectual': ignorancia, machismo, racismo y clasismo a espuertas...

¿Qué nos pongamos a trabajar? Pero, ¿Cuándo has dado tú un palo al agua? El hecho de que haya editores con la misma poca vergüenza que tú y te pagen por esta sarta de estupideces en las que demuestras tus grandes lagunas culturales no quiere decir que lo tuyo sea un trabajo... Pijo de los cojones... ¡A la mierda!

Si no lo digo, reviento... Dioooos! Qué mala hostia me ha puesto.