maneras De vivir





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           Si farcias del carordias, no remueldas las leporcias (J. Perich)

sábado, septiembre 30, 2006

Ya es sábado


Forges - El País, 23 de Septiembre de 2006

viernes, septiembre 29, 2006

Cuadrícula


Plaza Mayor - Madrid, Febrero de 2006

jueves, septiembre 28, 2006

Septiembre

Genial, como siempre... La vuelta al curro según forges.


Forges - El País, 10 de Septiembre de 2006


Forges - El País, 19 de Septiembre de 2006

Ancla y escobén


Puerto de Valencia - Agosto 2006

miércoles, septiembre 27, 2006

Atardecer en el Palmar (II)

Saludos de nuevo...
Más fotos de la playa del Palmar, pero hechas un par de días después, el 9 de Septiembre.



















Y un poquito más de música de los chiringuitos de la playa...





martes, septiembre 26, 2006

Atardecer en el Palmar (I)

Saludos...
Aunque ya llevo bastantes días por Madrid, tras pasar una semanita por las playas de Conil, aún me cuesta hacerme a la idea... Aqui os dejo unas fotos tomadas el 7 de Septiembre en la playa de El Palmar (Vejer de la frontera, Cádiz), para compensar la rutina de estos días. Esto era vida...













Y aquí tenéis algo de la musiquita que sonaba en los chiringuitos de la playa. No es lo mismo que estar allí, pero bueno... Imaginaos que estáis con los pies en remojo, bebiendo una cervecita o un mojito con los amigos, con un ambiente muy bueno... en fin, un lujo. El año que viene, más.





martes, septiembre 19, 2006

El Catecismo

Columna de José Luis Alvite:

El Catecismo
De niño mis padres me dieron una educación con arreglo a los usos de entonces. Fui instruido en los buenos modales y en el respeto a los demás. También me expusieron a la ilustración religiosa con adecuadas dosis de misa y catecismo. Era algo que hacían con carácter general todas las familias, incluso las más descastadas, de manera que nadie te escupía a la cara sin disculparse por ello.

Bajo el imperio del Estado confesional, las diferencias de formación entre los niños eran escasas. Otra cosa era la actitud, las tentaciones, la manera de correrte la sangre por las venas. En el catecismo de las Madres Mercedarias me infundieron el deseo de irme algún día al Cielo, antibiótico al que iban las vírgenes y los dibujos animados.
Sin embargo, en mi interior empezaba a destilarse el licor de las tentaciones, así que aún siendo Dios un objetivo, en mis planes de entonces tenía preferencia acostarme con la catequista. Se me juntaban el corazón y el bajo vientre. En los años cincuenta un niño con aquellas tentaciones era un blasfemo.

¡Lo que son las cosas!, al cabo de tantos años resulta que ahora un niño así no sería un blasfemo, sino un simbolista. Ya se sabe que los malos tratos de Picasso a sus mujeres, como no era albañil, se analizan en las páginas de cultura, de modo que sus antecedentes policiales no se convirtieron en sumarios sino en bibliografía.

No me cabe duda de que los vagabundos serían sólo bohemios si en vez de comparecer ante el juez, cayesen en manos del crítico de Arte del «New Yorker». Todos estamos ahora de acuerdo en que la derrota de Hitler fue un alivio para la humanidad. Con razón se dice que la Historia la escriben los vencedores.
De haber ganado la II Guerra Mundial, a estas horas Hitler no sería el loco espeluznante que horneó a seis millones de judíos, sino el histórico promotor de la «nouvelle cuisine». Por eso dice Ernie en el Savoy que a Dios lo que le falla no son los obispos, sino la publicidad.

José Luis Alvite - La Razón
26 de Enero de 2005

sábado, septiembre 16, 2006

Rescate en la tormenta

No se trata simplemente de que a uno le apasione el mundo de la mar y los barcos y de que cada vez le interesen menos los problemas de alcoba de unos deportistas analfabetos funcionales, forrados de pasta, horteras hasta decir basta y cuyo mayor logro ha sido inundar el lenguaje popular con expresiones del calado de: 'el futbol es asín', 'no hay rival fácil', 'este año temenos muchas posibilidades', 'hasta que el árbitro no pita, no se acaba el partido', 'este club no me quiere' (léase: este año no me suben el sueldo unos milloncejos más), 'en España me tratan muy bien' (léase: en España me pagan muy bien)... y otras perlas de similar profundidad.
Se trata de lo que en este país se entiende por deporte y, de lo que es más grave, lo que los periodistas entienden por deporte (bueno, y lo que entienden por política y por cultura, que esa es otra...). En cualquier deporte que no sea el fútbol, es preciso ser campeón mundial para aparecer unos segundos en cualquier noticiario, pero cualquier futbolista puede conseguir fácilmente un cuarto de hora si se rompe la uña del dedo meñique (no vamos a preguntar lo que estaba haciendo), aunque esté de vacaciones. País...
Se trata también de que hay veces que parece que en España nos enpeñamos en vivir de espaldas al mar, y así nos va.
Bueno... perdón por esta parrafada, que no era más que una burda excusa para poner este excelente artículo de Arturo Pérez-Reverte:

Rescate en la tormenta
Hay momentos en los que te preguntas si algunos países merecen otra cosa que lo que tienen. Me hacía pensar de nuevo en ello hace unos días mi amigo Ramón Boga, gallego de infantería y a mucha honra, vigués por más señas, para quien, como para mí, el mar es algo más que un sitio a cuya orilla tumbarse a tomar el sol en verano. Venía la cosa al hilo de la coincidencia, en el tiempo y en los medios informativos, de dos sucesos tratados de muy diferente modo: los prolegómenos del mundial de fútbol y el abandono por sus tripulantes del velero Movistar durante la regata Volvo Ocean Race; episodio dramático al que -lo digo con la satisfacción de escribir aquí- XLSemanal fue uno de los pocos medios españoles que prestó la atención adecuada, dedicándole portada y extenso reportaje.

No era para menos. En el mar del Norte, en plena borrasca, con una vía de agua y la quilla en malas condiciones, las bombas de achique trabajando, el Movistar navegaba desde hacía quince horas en conserva con otro velero, el Abn Anro II; que tras enterarse de la avería de su compañero se mantenía a la vista, navegando en paralelo, por si era necesario rescatar a la tripulación del barco español. El dramatismo de la situación se extremaba por un detalle terrible: el Abn Anro II, el velero auxiliador, acababa de perder a uno de sus tripulantes, arrebatado por un golpe de mar, y rescatado el cuerpo -pese a la dificultad de un rescate en esas condiciones- cuando ya estaba muerto. Y ese cuerpo se encontraba envuelto en un saco de dormir y trincado en la bodega. Imagínense, por tanto, el estado de ánimo de los tripulantes de ambos veleros, en la inmensa soledad del mar, cuando los faxes meteorológicos empezaron a dar las previsiones del tiempo para las siguientes veinticuatro horas: vientos de 40 nudos con picos de 50 y olas de 11 metros. Una tormenta que, sin ser perfecta, tendría su puntito.

Siguiente episodio: aprovechando que los dos veleros se encuentran en la relativa calma del ojo de la borrasca, el patrón del Abn Anro II da un ultimátum al Movistar: «Tenemos que seguir camino. Saltad a bordo porque tendremos que alejarnos». Y acto seguido, gobernado de manera impecablemente marinera, mientras el Movistar enciende su radiobaliza y queda a la deriva, el Abn Anro II ejecuta la maniobra de aproximación -háganse idea de lo que significa eso en condiciones difíciles y con mala mar-, hasta que los diez rescatados se encuentran a bordo. Y una vez allí, diecinueve marinos y un cadáver hacinados en un barco con capacidad para diez tripulantes, con el fax escupiendo partes meteorológicos que ponen los pelos de punta, el patrón del Abn Anro II les dice a los del Movistar que no se preocupen de las maniobras, que son invitados, que él y sus tripulantes gobernarán solos el barco cumpliendo con las reglas. Y así, finalmente, los del Movistar y el cadáver son recogidos más tarde por una lancha de rescate y llevados a tierra firme, el Abn Anro II llega a Portsmouth, finalizando la etapa, y el abandonado Movistar queda atrás, en la borrasca, sin que su radiobaliza emita ya señal alguna.

Y es aquí donde mi amigo me mira a los ojos y suelta unas cuantas preguntas: ¿Por qué, mientras esto ocurría, todos los telediarios de todas las cadenas españolas abrían con el mundial de fútbol y con la apasionante cuestión de si Raúl estaría con ganas o no? ¿Sabe este país con miles de kilómetros de costa lo que es un barco, con vela o sin ella? ¿Sabe qué es una tormenta con vientos de cincuenta nudos? ¿Sabe que en el mar trabajan miles de pescadores y marinos españoles? ¿Sabe por qué singulares mecanismos de solidaridad dos barcos navegan quince horas uno junto a otro, en pleno temporal? ¿Sabe qué siente un marino despidiéndose de su barco desarbolado, a la deriva o hundiéndose, antes de echarse al mar para -si tiene suerte- ser rescatado? ¿Sabe qué hace al ver desaparecer a un compañero arrastrado por una ola? ¿Sabe qué protocolos de emergencia se activan en tales casos? ¿Sabe por qué un marino se estremece ante la idea de que su barco pierda la orza? ¿Sabe lo grande y lo terrible que en situaciones como ésa da de sí el corazón del ser humano?. Y una última pregunta, que esta vez hago yo: ¿De verdad creen ustedes, y los que hacen los periódicos y los telediarios, y la opinión pública de este país imbécil, que los valores y enseñanzas extraíbles de cuanto acabo de contar son comparables a un mundial de fútbol?

Arturo Pérez-Reverte - XL Semanal
16 de Julio de 2006
Texto extraido de la web oficial de Arturo Pérez-Reverte

jueves, septiembre 14, 2006

Velocidad


Budapest - Marzo 2006

martes, septiembre 12, 2006

Todas hieren

Vulnerant omnes, ultima necat...
(Todas hieren, la última mata)


Budapest - Marzo 2006

lunes, septiembre 11, 2006

Wind of change

The future's in the air
I can feel it everywhere
Blowing with the wind of change...